Historia breve del personaje

❝ Hay días que Arlene tiene un humor de perros… ❞ ⎯ Dione, posiblemente tras una cariñosa discusión con ella.

Arlene es una joven en su veintena, de cabello oscuro y ojos marrones brillantes como el fuego. Creció en Eraren, en el norte de Leira, con una familia involucrada y a la que tiene aun hoy día singular aprecio.

Un incidente fatal mientras se encontraba extramuros con sus amigos la haría vislumbrar la muerte y el dolor de la pérdida por primera vez en su vida. Ella fue la única que viviría para contarlo, pero los licántropos que asaltaron al indefenso grupo no perdonaron su vida por mera piedad.

Arlene habría de aprender a partir de ese momento a convivir con un cuerpo rápidamente cambiante y unos instintos adquiridos que luchaban contra su voluntad. Su inocencia sería arrebatada de un plumazo aquel día, y durante una larga temporada estaría conviviendo en la manada que había protagonizado la sangría.

Ya una licántropa convertida, gracias a que el traumático día estaba aun demasiado reciente (y gracias también a un sentido del orgullo lo suficientemente poderoso) conseguiría resistir ante la insistencia de sus nuevos compañeros por desatar el fuerte instinto que recorría ahora sus venas.

Por suerte para Arlene, uno de los equipos especiales de hemoarcana comenzó a poner bajo vigilancia a su manada mientras estaban de caza, y tras unos días planeando su extracción Dione la contactó. Gracias a lo relativamente reciente del evento y a la voluntad inquebrantable de Arlene, aun podría aprender a controlar sus nuevas capacidades.

Con la ayuda del grupo que la extrajo, y especialmente de su primer contacto; Dione, Arlene ha logrado no solo controlar sus dotes licantrópicas con excepcional maestría, sino que también ha aprendido a blandir armas blancas con casi la misma soltura que la propia Dione.