Historia breve del personaje

❝ El alcohol no es la respuesta, es la pregunta. La respuesta siempre es sí. ❞ ⎯ Yaren, en proceso de hacerle el mes a tu destilería local de confianza.

Yaren es una mujer de cuerpo esbelto y placeres sencillos. Nacida en Leira, hija de uno de los investigadores más reputados en pleno ápice de la revolución arcana, creció en una familia con relativas facilidades.

Su infancia sin embargo sería terriblemente truncada cuando su madre sucumbió finalmente a la enfermedad que tanto tiempo había estado padeciendo. Yaren no tardaría en descubrir que el negocio relojero familiar era una mera fachada; el verdadero mérito de los Clockwork se basaba en implantes experimentales y una ética de la práctica médica extremadamente flexible.

Yaren aguantó dos años el miedo y dolor constante de su padre probando esos implantes con ella. Pronto se percataría de que el sufrimiento de su madre estaba muy probablemente relacionado con ello, y ahora que no estaba Yaren era la víctima más próxima para probar los prototipos.

Al cumplir los 16 escaparía de esa casa de horrores, incapaz de aguantar más ser usada como conejillo de indias. Yaren se criaría desde entonces en las calles, ganándose el pan si no con malos métodos, unos aun peores. Su única compañía era el alcohol, cuando no un pobre incauto que se dejaba seducir para acabar siendo desposeído de cuanto llevase encima.

Justo cuando se había acomodado al cortante frío de las calles y al alcohol de dudosa procedencia, las autoridades le darían una nueva residencia. Yaren acabaría ingresando en la prisión de Khaiira, un revolucionario centro penitenciario que aprovechaba la última tecnología arcanotécnica para crear una fortaleza inexpugnable. La cárcel más segura de todo el mundo, o al menos así fue (y con motivo) publicitada.

Una vez encarcelada Yaren haría contactos sorprendentemente aun peores de los que ya había logrado. Durante el cumplimiento de su pena tendría acercamientos serios con La Triada, algo que por suerte le salió relativamente bien. Aprovechando el caos de El Apagón, La Triada explotaría errores que los artefactos arcanos comenzaban a manifestar para conceder la libertad a ciertos presos de su interés.

Yaren trabajaría para La Triada en todo tipo de trabajos hasta que se le ordenó vigilar a Kegilaan. Puede que fuese una alcohólica sin remedio, pero no había perdido su picardía, y reconoció el nombre de su objetivo al instante. Yaren ya había ojeado algún que otro documento indebido de sus superiores cuando nadie vigilaba. Ese tal Kegilaan había trabajado con su padre, y si algo llena más a Yaren que el alcohol, es la venganza jurada que le tiene. Si tener el ojo echado a Kegilaan podía darle una pista de dónde estaba su padre no dudaría en cumplir impolutamente su trabajo.

Por desgracia para ella, o quizá suerte, Sombra era consciente de los esfuerzos de La Triada por conocer sus movimientos. Cuando cazaron a Yaren siguiendo a uno de sus más destacables investigadores no le quedó otra que rendirse para conservar su vida

Desde entonces Yaren estuvo una temporada como agente doble de Sombra, hasta que las sospechas cruzaron un umbral peligroso. Aun así, ha continuado cooperando en los esfuerzos de contrainteligencia para con La Triada.